Un relato antiguo japonés dice que las aguas del Río Azul que bajaban desde el cielo y las aguas del Río Dorado que surgían de la tierra se encontraban separadas por la legendaria Puerta del Dragón. El Río Dorado era el último lugar en donde los habitantes del mar podían nadar libremente después de que fuese destruido su palacio por los dioses que caminaban en la Tierra y quienes se creían los dueños de todo cuanto su vista podía alcanzar.
De entre todos los habitantes de estas aguas, la familia de los Koi era la más hermosa de todas, resplandeciendo a la luz del sol como brillantes estrellas. Uno de sus miembros, el más pequeño, tenía un deseo. Lo que más deseaba era llegar hasta el Río Azul, al haber escuchado a su padre decir que había un tiempo en el que no existían barreras entre un lugar y el otro.
Un buen día, un grupo de peces Koi emprendieron la travesía hacia la Puerta del Dragón; así, al tiempo que nadaban contracorriente adquirían más fuerza cada vez. Al ser un buen número, se daban ánimos entre ellos. Sin embargo, mientras más se alejaban de casa, los peces se iban rindiendo a causa del cansancio hasta que se dejaron llevar por la corriente.
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No fue el caso de nuestro pequeño Koi. Él continuó a pesar del cansancio y su historia llegó a oídos de los dioses, quienes se acercaron para ver a este singular personaje. Mientras nadaba río arriba, muchos de los dioses lo insultaban y se mofaban de él y otros cuantos lo alentaban. Finalmente, exhausto, llegó hasta la puerta; la cual era altísima. Algunos afirman que este koi insistió hasta por 100 años frente a la puerta haciendo un intento tras otro. Un día, justo en el momento que se sentía desfallecer, juntó todas sus fuerzas y dio un último salto logrando alcanzar la Puerta del Dragón. Finalmente, habiendo atravesado la puerta, dicta la leyenda que se convirtió en un dragón celestial y pudo volar por el Río Azul como era su sueño.
Esta historia inspira la filosofía de Koi Language Learning. Deseamos que nuestros clientes fijen una meta para su aprendizaje y que luchen por ella. Somos conscientes de que muchas veces enfrentarán obstáculos, que en ocasiones sus metas se verán muy distantes o incluso fallarán en más de una ocasión; pero nosotros estaremos allí para alentarlos y acompañarlos en su camino hacia el éxito.